La fascinante ciencia y el estudio de la audición no son nada nuevos. Al fin y al cabo, así es como contamos con una tecnología, unos recursos y una investigación tan avanzados. Sin embargo, las cosas pueden dar un vuelco total a lo que creíamos hasta ahora. Eso es lo que ha hecho un equipo de investigadores de la Universidad Linköping de Suecia con su reciente estudio. Han desmentido cómo creíamos que funcionaba la audición.
Cómo creíamos que funcionaba la audición
La forma en que oímos se compone de varios mecanismos. Los investigadores de la Universidad de Linköping explican estos mecanismos en un artículo de SciTechDaily. Antes creíamos que esos mecanismos no estaban tan interconectados, sino que eran más bien únicos y separados. Por ejemplo, creíamos que la audición estaba formada por células sensoriales en el oído y que cada célula tenía su propia «frecuencia óptima». Esto significa que cada célula sensorial tiene un número diferente de ondas sonoras por segundo (frecuencia). Esas ondas sonoras o frecuencias provocan una reacción de la célula ciliada del oído. Aunque siguen existiendo mecanismos independientes que nos ayudan a oír, algunos procesos pueden estar más interconectados de lo que se creía.
Otra creencia muy extendida sobre la audición es que las distintas partes de la diminuta estructura en forma de hueso de nuestro oído, la cóclea, tenían funciones similares. Sin embargo, los investigadores de este estudio descubrieron que lo que hemos creído durante años podría no ser así. Al fin y al cabo, cada vez se investiga más sobre la cóclea.
El estudio
Los investigadores se propusieron colmar una laguna que aún no se había estudiado a fondo. No se sabía mucho sobre el funcionamiento de las regiones de la cóclea que codifican los sonidos de baja frecuencia. Los investigadores utilizaron la cóclea de cobayas con capacidades auditivas similares, sobre todo en frecuencias bajas, a las de los humanos. Utilizaron estímulos de tonos puros que sólo constaban de una frecuencia y estudiaron cómo se producían las respuestas. Sin embargo, explican que aunque sólo se utilizó una frecuencia, los sonidos producen de forma natural diferentes frecuencias. Analizan en profundidad cómo las respuestas a esta frecuencia pueden ser modificadas por las neuronas auditivas que existen desde el tallo cerebral hasta el córtex.
Conclusiones
Los resultados de este estudio son notables. Demuestran que existen numerosas células en el oído interno que reaccionan a la vez a sonidos de baja frecuencia. Para frecuencias inferiores a 1.000 Hz, muchas células reaccionan juntas y no por separado, como se creía hasta ahora. Entre los sonidos de baja frecuencia se encuentran las vocales del habla, el do central del piano, etc.
“Los resultados demuestran que hay numerosas células en el oído interno que reaccionan a la vez a los sonidos de baja frecuencia».
Lo que esto significa para el futuro
Estos increíbles descubrimientos pueden suponer un avance en el campo de la pérdida de audición y la atención audiológica. Más concretamente, los investigadores creen que podría suponer un gran avance en la mejora del diseño y el funcionamiento de los implantes cocleares. En la actualidad, los implantes cocleares se diseñan basándose en lo que se creía hasta ahora: que cada célula tiene sus propias frecuencias. Por tanto, los implantes cocleares están estructurados para que cada electrodo individual estimule el nervio a frecuencias específicas.
A partir de los resultados, los investigadores sugieren aplicar un nuevo diseño. Anders Fridberger, profesor de la Universidad de Linköping, declaró a SciTechDaily: «El diseño de los implantes cocleares actuales se basa en la suposición de que cada electrodo sólo debe estimular el nervio en determinadas frecuencias, de una forma que intenta copiar lo que se creía sobre el funcionamiento de nuestro sistema auditivo. Sugerimos que cambiando el método de estimulación a bajas frecuencias será más similar a la estimulación natural, y la experiencia auditiva del usuario debería mejorar de este modo.»