La sordera súbita ocurre entre 5 a 20 personas de 100 mil, y casi siempre, luego de los cincuenta años. En algunos pacientes esta pérdida puede ser reversible. En 1/3 de forma total, otro tanto de manera parcial, y otro 1/3 de pacientes en los cuales, no se logra recuperar la audición. Algunos factores asociados a pacientes que no han recuperado la audición son: la presencia de síntomas vestibulares (inestabilidad, vértigo o mareo) al momento de la pérdida de audición, la instauración tardía de algunas medidas terapéuticas, principalmente esteroides, vasodilatadores y antivirales; aunque existen serias controversias al respecto. Donde no hay controversias es en el impacto que produce el déficit de un órgano sensorial en muy corto tiempo.
Además, la mayoría de las veces (>90%) sin una causa identificable clara y casi siempre anunciado en palabras que el paciente interpretará como: “no hay nada que hacer”, “mi pérdida auditiva es irreversible”, “tendré que escuchar ahora por un solo lado”, “¿será que va a pasar del otro lado y estaré completamente sordo?”.
Estas “afirmaciones e interrogantes” le rondan por la cabeza a pacientes y familiares durante mucho tiempo. Aunque la mayoría de las veces son respondidas de manera inmediata por los médicos, estas siguen girando en su propia órbita y retumban una y otra vez, causando desespero, angustia y desesperanza. No perdamos de vista que la sordera súbita produce la pérdida de un órgano sensorial, aunque sea de manera parcial porque se presenta unilateral. Visto de esta manera, quien lo padece vive como quien le amputan un miembro.
De allí que estos pacientes vivan un verdadero duelo y los profesionales de la salud (médicos, tecnólogos, audiólogos, audioprotesistas), que somos responsables de dar esta mala noticia, tenemos que prepararnos en adquirir destrezas y habilidades comunicacionales.
Comparto algunas recomendaciones que podrían ser útiles al momento de informar al paciente:
Una vez entregada la información al 1/3 de pacientes con secuelas graves, debemos ofrecer alternativas de rehabilitación para esta nueva condición.
Las alternativas audiológicas para el paciente con secuelas de una sordera súbita van desde un audífono convencional en aquellos pacientes que conserven audición residual con discriminación para la palabra >50%, hasta el implante coclear u otro tipo de implante de conducción ósea, pasando por audífonos con sistema cros.
Algunas ventajas de optar por el sistema cros es que no requiere procedimientos quirúrgicos y ante un paciente con pérdida auditiva en el oído contralateral, se podría usar amplificación con el mismo dispositivo. Además del beneficio de la comprensión de la palabra en ambientes con ruido, la sensación de escucha biaural y la comodidad al conversar mientras conduce un auto o va de pasajero.
Guérir quelquefois, soulager souvent, consoler toujours. Una famosa máxima atribuida a Claude Bernard, y quien usaba con frecuencia el médico francés Adolphe Gubler en el siglo XIX, expresa el rol del médico con sus pacientes y una visión de la medicina que tiene siempre presente la disposición de ayudar, aunque a veces sea solo a través del consuelo.
“Curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre” se hace presente en el acto médico del paciente con sordera súbita. 1/3 se curarán, 1/3 tendrá secuelas parciales y 1/3 déficit total, pero todos vivirán un amargo momento al enterarse de que se trata y recibir la noticia de su médico. Ojalá éste tenga presente esta frase y más que un recuerdo, sea un estilo de ejercer la medicina.