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Cómo me enseñaron mis hijos a aceptar mi pérdida auditiva


Nunca esperé que mis hijos fueran mis mejores maestros, pero viendo mi reflejo en sus ojos, pude ver el camino que necesitaba tomar, para superar mis dificultades causadas por la pérdida de la audición.


Cuando me convertí en madre familia, seguía negando tener una pérdida auditiva, a pesar que había comenzado casi 10 años antes. Mi padre también tuvo pérdida auditiva, pero nunca fue tema de discusión. Cuando yo era niña, recuerdo que mi padre ocultaba su pérdida de amigos e incluso familiares. Todos sabíamos – es algo muy difícil de ocultar – pero nunca se lo discutimos. No lo podíamos mencionar.

Mi familia no fue un apoyo para él. Mi madre nos susurraba comentarios a mi hermana y a mí a sus espaldas. Cuando le preguntábamos acerca de eso, ella contestaba: «No se preocupen, no puede oírnos». Este comportamiento me enseñó que la pérdida de la audición era algo vergonzoso y que mi padre no debía esperar que la familia lo ayudara a enfrentar su condición. Hoy me arrepiento de este comportamiento.

Así que cuando me convertí en adulta y empecé a tener problemas para escuchar, estaba horrorizada y avergonzada. Lo oculté lo mejor que pude, siguiendo los pasos de mi padre. Rara vez lo comenté, y me negué a usar mis audífonos a menos que fuera absolutamente necesario.

Pero entonces tuve hijos.

Puesto que mi pérdida era genética, me preocupé que ellos la hubieran heredado, como mi padre hacia mí. No quería continuar el ciclo de desprecio y vergüenza. No quería que me vieran ocultando mi pérdida auditiva o sintiéndome avergonzada por ello.

Necesité enfrentar estas cinco verdades.

1. Esté o no lista, soy un modelo a seguir.

Mi pérdida de audición siempre había sido algo personal, pero, como madre de familia, esto ya no aplicaba. Podía sentir los ojos de mis hijos sobre mí, observándome. Cada acción, cada palabra, cada emoción era observada y asimilada desde el punto de vista de ellos. Dependía de mí qué ejemplo darles a seguir.

2. Mis acciones de hoy impactarán su futuro

Todos los días trataba de quitar el estigma de tener pérdida auditiva con la esperanza de crear un mundo mejor para ellos, pueda ser que ellos más adelante desarrollen problemas con su audición. Necesitaba dejar los errores del pasado y avanzar encontrando el camino correcto.

3. Cambiar es posible

Mi pérdida de audición ya no es algo innombrable en nuestra familia, pero es un tema regular de discusión, al igual que lo que hay para la cena. Mis hijos y yo hablamos de la manera cómo pueden ayudarme a escuchar lo mejor posible. Estoy segura de que ellos estarán mejor preparados para enfrentar los altibajos de tener pérdida auditiva en caso de experimentarlo.

4. No necesito ser perfecta

No estoy segura de la razón por la cual mi padre sintió la necesidad de ocultar su pérdida auditiva. ¿Tenía miedo de que no lo amáramos si no era perfecto? Mi familia me ha apoyado y comprendido mis fortalezas y debilidades.

5. Todos estamos juntos en esto

Reconocer mis debilidades ayuda a mis hijos a ver que la vida de nadie es perfecta. Todos tenemos luchas, pero si trabajamos juntos con respeto y amor, podemos superar casi cualquier desafío.

Mis hijos me mostraron cómo aceptar mi pérdida auditiva. Les agradezco por haberme ayudado a ser una persona más fuerte, valiente y amorosa, y por obligarme a aceptarme como soy.

Los lectores, ¿Sus hijos los han obligado a enfrentarse a su pérdida auditiva? Me encantaría leer acerca de sus experiencias en los comentarios a continuación.